Oblò cubano
Entrevista a William Navarrete, a propósito de la publicación en Italia de "Versi tra le sbarre" 
Intervista a William Navarrete sulla pubblicazione in Italia di “Versi tra le sbarre”
25 Giugno 2006
 

Versi tra le sbarre, publicada por las Ediciones Il Foglio, no es una antología de poesía cualquiera. Su particularidad es que los poetas antologados son o han sido prisioneros políticos cubanos. ¿Qué significación tiene este libro para el mundo y para Italia?

«El libro tiene, además del valor literario, un valor simbólico esencial. Se trata, por primera vez, de reunir en un mismo volumen la obra poética de siete prisioneros cubanos encarcelados durante la llamada Primavera Negra del 2003 en Cuba. Esta oleada represiva emprendida por la dictadura castrista mandó a prisión, con condenas a veces superiores a los veinte años de cárcel, a 75 disidentes cubanos (periodistas independientes, sindicalistas, bibliotecarios, profesionales) por simple delito de opinión. De ellos, siete, a mi conocimiento, poseían una obra poética propia o, en el caso de algunos, la prisión constituyó el fermento de la incursión en el ámbito de la poesía. Un libro de este tipo no es sólo una novedad en Italia, donde su publicación bilingüe en español e italiano (traducido con mucho rigor por Elisa Montanelli) ha visto la luz, sino que constituye además una novedad internacional dado que este tipo de antología poética en relación con prisioneros políticos cubanos nunca había sido publicada en ninguna lengua. Ello se debe al empeño de las Ediciones Il Foglio y a la colección de Literatura Cubana que estas ediciones han inaugurado en su catálogo de obras. El esfuerzo es gigantesco pues se sabe que en Italia el discurso propagandístico en favor del castrismo predomina todavía en los medios de comunicación y que sus voceros inescrupulosos viven a costa de la miseria y represión del pueblo cubano en una especie de colaboracionismo abierto con la dictadura».


¿Cómo logró, en las condiciones difíciles de la censura en Cuba, reunir toda esta obra?

«La dificultad esencial que impone un régimen totalitario y autocrático como el castrista a este tipo de trabajo está en relación directa con la anulación de la libertad de expresión como derecho inalienable de cada individuo. Para nadie es un secreto que en Cuba la prensa es un monopolio de Estado, que no está autorizado disentir en privado ni públicamente y que queda incluso prohibido asociarse o tan siquiera reunirse con vistas a cuestionar al gobierno. Por esa razón la dificultad esencial de este tipo de trabajo es la comunicación con las personas relacionadas con los prisioneros, pues con los prisioneros directamente es completamente imposible y sólo las esposas y madres son autorizadas a visitarlos en condiciones excepcionales y luego de no pocas trabas. La gente debería saber que en Cuba hasta las líneas telefónicas (cuando se logra obtener la comunicación) están bajo escucha. Afortunadamente el internet, a pesar de estar también prohibido para el cubano corriente de la isla, es un modo de comunicación contra el que muy poco podrán hacer las dictaduras del mundo. Siempre habrá una forma de comunicar, ya sea a través de una computadora de un amigo extranjero radicado en Cuba o de una sede de una embajada extranjera solidaria con la causa de la disidencia cubana. Por esta vía ha salido de Cuba la poesía que ahora se publica en la antología. Ha sido, sobre todo, una labor titanesca para las esposas y madres de los prisioneros, quienes han transcrito, en el poco tiempo de conexión que les ha sido dado por extranjeros solidarios, las poesías de los encarcelados. También ha sido imprescindible la labor de Cubanet, una red de periodismo independiente cubano basada en Miami, que transcribe continuamente todo el material periodístico disidente que sale de la isla. En ocasiones las fuentes periodísticas del exilio cubano deben recurrir al dictado por teléfono (cuando se puede) para poner en la red los artículos u otras obras de los periodistas independientes desde Cuba. Pues como muy bien ilustra la portada de Versi tra le sbarre, realizada por la artista italiana Elena Migliorini, La Habana es una ciudad detrás de los barrotes y todo contacto que signifique una denuncia del régimen debe realizarse prácticamente de forma clandestina».


Háblemos de los poetas antologados.

«Entre los poetas antologados dos fueron liberados bajo “licencia extrapenal” y condenados al exilio poco tiempo después de la liberación. Quiero aclarar antes que este término de “licencia extrapenal” es una aberración jurídica del castrismo que significa que se autoriza a un prisionero a salir de la prisión a condición de que mantenga una conducta ejemplar y no reincida en los actos por los que fue condenado. O sea, una especie de chantaje que implica que el prisionero político debe renunciar a todo tipo de actividad contestataria con respecto al régimen. Evidentemente, si el "liberado" retoma sus actividades de denuncia contra la dictadura puede ser inmediatamente devuelto a la prisión sin juicio ni causa alguna. Este tipo de “licencia extrapenal” la recibieron dos de los poetas antologados: Raúl Rivero y Manuel Vázquez Portal, ambos escritores reconocidos por su obra literaria precedente. Hoy día, gracias a presiones internacionales, los dos poetas viven en exilio. El primero en Madrid, donde trabaja para el el periódico El Mundo, y el segundo en Miami, desde donde colabora para Cubanet y El Nuevo Herald. Otro de los poetas “excarcelados”, Jorge Olivera Castillo, vive aún en La Habana prácticamente como rehén del régimen, pues a pesar de poseer visa para emigrar a los Estados Unidos, las autoridades migratorias cubanas le niegan sistemáticamente la autorización para abanadonar el país. El cuarto poeta Mario Enrique Mayo Hernández también recibió una licencia de este tipo; mientras que otros tres: Regis Iglesias Ramírez, Ricardo González Alfonso y Omar Moisés Ruiz continúan todavía en prisión».


¿Qué valor literario otorga a la selección que Ud. ha realizado?

«Este es un tópico delicado pues de lo que se trata en este caso es de una literatura de urgencia, de una obra que ha brotado como un grito y que ha sido también publicada para reproducir este grito de alarma que es la crítica situación actual de los derechos humanos en Cuba. Indudablemente, en estas condiciones paupérrimas en que vive la Cuba de hoy, el registro poético de los siete poetas antologados difiere estilística y literariamente hablando. Proceden de generaciones diferentes, de tradiciones literarias disímiles, pero los une la deplorable realidad que vivieron (o viven) bajo la bota del castrismo. Valores literarios hay de sobra, pero más allá de éstos, lo que se trata es de una creación realizada en condiciones extremas por hombres que el terror no pudo silenciar. Esa escritura, en las truculentas condiciones de la isla, vale por encima de cuanta poesía pueda hacerse desde un cómodo sillón por los lamentables voceros, poetas o no, de las maravillas del régimen castrista. Estos hombres han tenido vergüenza y mucha dignidad, no digo yo solamente ante el mundo, sino ante sus propios compatriotas hartos vivir casi medio siglo de humillaciones y escamoteos de la libertad más elemental».

 

 

William Navarrete (Cuba, 1968). Escritor cubano radicado en París. Ha publicado: La chanson cubaine: textes et contexte (2000); Centenario de la República Cubana (2002); Cuba: la musique en exil (2004); Insulas al pairo. Poesía cubana contemporánea en París (2004); Edad de miedo al frío y otros poemas (2005) y Catalejo en lontananza (2006). La edición italiana de su poemario Edad de miedo al frío fue publicada por las Ediciones Il Foglio (2005). Colabora para diferentes periódicos y revistas. Es fundador y preside la Asociación por la Tercera República Cubana (www.atrec.info). Su poemario Lumbres veladas del Sur se halla en proceso de edición.



Versione in italiano


Versi tra le sbarre, pubblicato dalle Edizioni Il Foglio, non è un’antologia poetica qualunque. La sua particolarità risiede nel fatto che i poeti antologizzati sono o sono stati prigionieri politici cubani. Qual è il significato di questo libro per il mondo e per l’Italia?

Oltre al valore letterario, questo libro ha un valore simbolico essenziale. È la prima volta che vengono riunite in uno stesso volume le opere poetiche di sette prigionieri cubani incarcerati durante la cosiddetta “Primavera Nera” del 2003. Questa ondata repressiva messa in atto dalla dittatura castrista mandò in prigione, per il solo delitto di opinione e con condanne anche superiori a venti anni di carcere, 75 dissidenti cubani (giornalisti indipendenti, sindacalisti, bibliotecari, professionisti). A quanto ne so, sette di loro possedevano un’opera poetica propria o, nel caso di alcuni, la prigione ha costituito il fermento della loro incursione nell’ambito della poesia. Un libro di questo tipo non è una novità solo per l’Italia, dove ha visto la luce l’edizione bilingue in spagnolo e italiano (con la rigorosa traduzione di Elisa Montanelli), ma rappresenta anche una novità internazionale, dal momento che un’antologia poetica legata a prigionieri politici cubani non era mai stata pubblicata in nessuna lingua. Questo si deve all’impegno della casa editrice Il Foglio e alla collana di Letteratura Cubana da poco inaugurata nel suo catalogo. Lo sforzo è gigantesco, dato che in Italia il discorso propagandistico a favore del castrismo predomina tuttora nei mezzi di comunicazione e i loro portavoce senza scrupoli vivono alle spalle della miseria e della repressione del popolo cubano in una sorta di collaborazionismo con la dittatura.


Come ha fatto, con le difficili condizioni della censura a Cuba, a riunire tutta quest’opera?

La difficoltà principale imposta da un regime totalitario e autocratico come quello castrista a un lavoro come questo è legato direttamente all’annullamento della libertà di espressione come diritto inalienabile di ogni individuo. Non è un segreto per nessuno che a Cuba la stampa è monopolio di Stato, che non è consentito dissentire né in pubblico, né in privato ed è anche proibito associarsi e riunirsi con il proposito di mettere in discussione il governo. Per questo motivo il problema principale di un lavoro del genere è la comunicazione con le persone legate ai prigionieri, poiché il contatto diretto con i detenuti è completamente impossibile e solo le mogli e le madri sono autorizzate a far loro visita in casi eccezionali e con molti ostacoli. La gente dovrebbe sapere che a Cuba le linee telefoniche (a patto che si riesca a prendere la comunicazione) sono controllate. Per fortuna internet, sebbene sia anch’esso proibito ai privati cittadini dell’isola, è un mezzo di comunicazione contro il quale tutte le dittature del mondo potranno fare poco. Ci sarà sempre un modo di comunicare attraverso la rete, sia con il computer di un amico straniero residente a Cuba o da una sede di un’ambasciata straniera solidale con la causa della dissidenza cubana. È così che è uscita da Cuba la poesia pubblicata ora in questa raccolta. È stato uno sforzo titanico soprattutto per le mogli e le madri dei prigionieri, le quali hanno trascritto, nel poco tempo di connessione che è stato concesso loro da qualche straniero solidale, le poesie degli incarcerati. Indispensabile è stato anche l’impegno di Cubanet, una rete di giornalismo indipendente cubano con sede a Miami, che trascrive continuamente tutto il materiale dissidente proveniente dall’isola. In certi casi, le fonti giornalistiche dell’esilio cubano devono ricorrere al dettato telefonico (quando è possibile) per poter mettere in rete articoli o altre opere dei giornalisti indipendenti di Cuba. Quindi, come illustra molto bene la copertina del libro, realizzata dall’artista italiana Elena Migliorini, L’Avana è una città che vive dietro le sbarre e qualsiasi contatto che abbia a che fare con una denuncia del regime deve avvenire praticamente in modo clandestino.


Parliamo dei poeti antologizzati.

Fra i poeti presenti nell’antologia, due sono stati liberati con “licenza extrapenale” e condannati all’esilio poco tempo dopo la liberazione. Voglio prima chiarire che l’espressione “licenza extrapenale” è un’aberrazione giuridica del castrismo secondo la quale si autorizza il prigioniero a uscire di prigione a condizione che mantenga una condotta esemplare e non ricada nelle azioni per le quali è stato condannato. Ovvero, una sorta di ricatto che implica che il prigioniero politico debba rinunciare a ogni tipo di attività contestataria nei confronti del regime. Ovviamente, se il “liberato” riprende le attività di denuncia contro la dittatura, può venire rimandato subito in prigione senza alcun processo. Questo tipo di “licenza extrapenale” è stata concessa a due dei poeti dell’antologia: Raúl Rivero e Manuel Vásquez Portal, scrittori entrambi riconosciuti per le loro opere letterarie precedenti. Attualmente, grazie alle pressioni internazionali, i due poeti vivono in esilio. Il primo a Madrid, dove lavora per il giornale El Mundo, e il secondo a Miami dove collabora con Cubanet ed El nuevo Herald. Un altro dei poeti “scarcerati”, Jorge Olivera Castillo, vive ancora all’Avana praticamente come un ostaggio del regime, dal momento che, malgrado sia in possesso del visto per emigrare negli Stati Uniti, gli viene sistematicamente negata dalle autorità cubane l’autorizzazione per lasciare il paese. Anche il quarto poeta, Mario Enrique Mayo Hernández, vive una situazione dello stesso tipo. Invece, gli altri tre (Regis Iglesias Rámirez, Ricardo González Alfonso e Omar Moisés Ruiz) si trovano ancora in prigione.


Che valore letterario dà a questa selezione?

Questo è un argomento delicato, poiché si tratta di una letteratura di urgenza, che è sgorgata come un grido e che è stata pubblicata proprio per riprodurre questo grido di allarme dell’attuale situazione dei diritti umani a Cuba. Senza dubbio, nelle miserrime condizioni in cui vive oggi Cuba, il registro poetico dei sette poeti antologizzati differisce dal punto di vista stilistico e letterario. Provengono da generazioni diverse, da tradizioni letterarie differenti, ma sono uniti dalla deplorevole realtà che hanno vissuto (o vivono) sotto il peso del castrismo. C’è un grande valore letterario, ma, oltre a questo, si tratta di una creazione realizzata in condizioni estreme da uomini che nemmeno il terrore ha potuto mettere a tacere. Il valore di questa scrittura, nelle truculente condizioni dell’isola, va al di là di tutta la poesia di quei penosi portavoce, poeti e non, che possono permettersi di scrivere da una comoda poltrona delle meraviglie del regime castrista. Questi poeti, invece, hanno provato vergogna e hanno avuto dignità, non solo davanti al mondo, ma anche davanti ai loro stessi compatrioti ormai stufi di sopportare da quasi mezzo secolo le umiliazioni e la sottrazione della loro libertà fondamentale.

 

 

William Navarrete (Cuba, 1968). Scrittore cubano residente a Parigi. Ha pubblicato: La chansone cubaine: textes et contexte (2000); Centenario de la República Cubana (2002); Cuba: la musique en exile (2004); Insulas al pairo. Poesia cubana contemporánea en París (2004); Edad de miedo al frío y otros poemas (2005), pubblicata nello stesso anno in italiano dalle Edizioni Il Foglio con il titolo Età di paura al freddo, e Catalejo en lontananza (2006). Collabora per vari giornali e riviste. È fondatore e presidente dell’Associazione per la Terza Repubblica Cubana (www.atrec.info). La sua raccolta poetica Lumbres veladas del Sur è in fase di edizione.

 

Gordiano Lupi


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